El filtro interno, a menudo llamado en el mundo de la acuariofilia «vaso» o «bomba sumergible», es uno de los dispositivos más comunes y accesibles para mantener la pureza del agua en un acuario de agua dulce. Su compacidad, facilidad de instalación y alta eficiencia en la filtración mecánica lo convierten en un elemento indispensable para muchos sistemas de acuarios, especialmente los de volúmenes pequeños y medianos. Sin embargo, como cualquier elemento del equipo, el «vaso» tiene sus limitaciones, y su eficacia depende directamente de la correcta selección de la potencia para el volumen y la carga biológica del tanque.