Mantener un entorno acuático estable y saludable es la piedra angular de la acuariofilia exitosa. Independientemente de la experiencia, cada acuarista se enfrenta a la pregunta: ¿con qué frecuencia y en qué volumen cambiar el agua? Este proceso no solo elimina la suciedad, sino que es fundamental para el equilibrio químico, previniendo la acumulación de compuestos tóxicos invisibles al ojo. La elección correcta del volumen de cambio de agua (10%, 30% o 50%) depende de muchos factores: la densidad de población, la presencia de plantas, el tipo de filtración y, por supuesto, la madurez del propio biotopo.